12 mitos comunes sobre el pie de atleta (y la verdad detrás de ellos)
12 mitos comunes sobre el pie de atleta (y la verdad detrás de ellos)
El pie de atleta, o tinea pedis, es una infección fúngica muy común. Aunque muchas personas piensan que solo afecta a deportistas o que desaparece sin tratamiento, existen muchos mitos alrededor de esta condición. En este artículo, desmentimos los 12 mitos más comunes sobre el pie de atleta y te contamos la verdad detrás de ellos.
Mito 1: Solo los atletas pueden tener pie de atleta
Falso. Aunque el nombre viene del entorno deportivo, cualquier persona puede infectarse si está expuesta al hongo, especialmente en lugares húmedos como duchas públicas o vestuarios.
Mito 2: El pie de atleta es diferente a la tiña inguinal
Ambas condiciones son causadas por el mismo hongo: la tinea. La diferencia está en la zona afectada: en los pies se llama pie de atleta, en la ingle se llama tiña inguinal.
Mito 3: Bañarse frecuentemente previene el pie de atleta
El baño regular no garantiza prevención. De hecho, caminar descalzo en duchas públicas puede provocar infección. Lo importante es mantener los pies limpios y completamente secos.
Mito 4: Solo las personas con mala higiene lo contraen
No es cuestión de higiene. Incluso con lavados frecuentes, si no se secan bien los pies, la humedad puede facilitar el crecimiento del hongo.
Mito 5: Solo se transmite al caminar descalzo
También puede contagiarse al compartir toallas, calcetines o zapatos con una persona infectada.
Mito 6: Si no hay piel pelada entre los dedos, no es pie de atleta
Los síntomas varían. Puede presentarse como sequedad, enrojecimiento o grietas, no solo descamación. Ante dudas, consulta a un dermatólogo.
Mito 7: Solo afecta a los pies
Si te rascas y luego tocas otras partes del cuerpo, la infección puede propagarse a la ingle o axilas. También a través de ropa o sábanas contaminadas.
Mito 8: Usar zapatos y calcetines protege del hongo
El hongo ama los ambientes oscuros y húmedos. Si los pies sudan dentro del calzado cerrado, el riesgo de infección aumenta.
Mito 9: Desaparece solo, sin tratamiento
Sin tratamiento adecuado, la infección puede empeorar. Los antimicóticos en crema o en pastillas son esenciales para curarla.
Mito 10: Puedes dejar el tratamiento cuando los síntomas desaparecen
Es fundamental seguir el tratamiento por el tiempo indicado, aunque los síntomas se alivien antes, para evitar recaídas.
Mito 11: Una vez tratado, no vuelve
Lamentablemente, el pie de atleta puede reaparecer si no se toman medidas preventivas después del tratamiento.
Mito 12: Lo mejor es usar calcetines de algodón
Al contrario, las fibras naturales como el algodón retienen la humedad. Se recomiendan fibras sintéticas que alejan la humedad del pie.
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